TIJUANA, Baja California (TorosDeTijuana.com-Armando Esquivel) 27 de septiembre del 2017 – En 1979, los Piratas de Pittsburgh se coronaron campeones de la Serie Mundial tras superar en siete juegos a los favoritos Orioles de Baltimore, en una instancia por el título en la que vinieron de atrás al ganar los últimos tres duelos.
La melodía “We Are Family” sonaba fuerte en ese año con las voces de la agrupación femenina Sister Sledge y la escuadra “filibustera” rápido la adoptó como su himno de batalla en la aventura que los consagró como monarcas de la “Gran Carpa”.
En aquel equipo de 1979 militaba el joven de 28 años Mike Easler, quien con el paso de los años y luego de su retiro, llegó a Toros de Tijuana para formar parte de los campeones de la Serie del Rey 2017, como instructor de bateo al lado de Matías Carrillo.
“Este año con Tijuana fueron muchas cosas que se juntaron y que me hicieron recordar el equipo de 1979 cuando jugué con los Piratas de Pittsburgh y ganamos el campeonato; jugamos como una familia y yo estoy muy contento de haber sido parte de este equipo”, aseguró el ex pelotero que pasó 16 temporadas en Grande Ligas.
Jugar como una familia fue, para el nativo de Cleveland, Ohio, la clave para que Toros de Tijuana consiguiera su primer título en la Liga Mexicana de Beisbol, ya que un equipo con talento y unido es muy difícil de vencer.
“Todos de vedad se caían muy bien; todos jugaban como grupo, como equipo y era igual en el campo, que en el camión, en el avión, en el hotel; parecía que fueran una familia con un gran ambiente y eso es lo que hay que hacer para ganar un campeonato; hay que jugar como familia, caerse bien entre todos y claro, dar el 100% cada que saltas al terreno de juego”, agregó.
Sin embargo, a pesar del gran ambiente que se mantuvo a lo largo de toda la temporada en el equipo, los campeonatos se ganan día a día en el campo con las habilidades combinadas de los peloteros que saltan al diamante a defender la casaca.
“Creo que la clave y lo más importante fue que todos jugaron unidos, trabajaron juntos y se respaldaban unos a otros; cuando uno de ellos no conectaba hit, el que lo seguía lo hacía; alguien no lo hacía bien saliendo del bullpen, el que venía detrás de él arreglaba las cosas; todos tuvieron siempre una actitud positiva y equipos con buena actitud llegan muy lejos en el beisbol”, explicó.
Para el bateador zurdo que militó con los equipos de Astros de Houston, Serafines de California, Piratas de Pittsburgh, Medias Rojas de Boston, Yanquis de Nueva York y Filis de Filadelfia parte importante de la gran campaña de Toros de Tijuana fue la defensiva y el pitcheo, ya que asegura que la ofensiva gana juegos, pero el pitcheo y la defensa ganan campeonatos.
“El pitcheo y la buena defensa siempre detiene a los buenos bateadores y a los buenos equipos; nosotros tuvimos una gran defensa todo el año, una gran dupla en el medio del cuadro, así como en las esquinas con Liddi haciendo jugadas soberbias atacando los roletazo a una mano, las dobles matanzas oportunas que hicimos, en fin, se jugó gran defensiva”, concluyó.
Los ecos de “We Are Family” se escucharon 38 años después y a Mike Easler lo hicieron regresar en el tiempo y festejar nuevamente aquel lejano título de Piratas de Pittsburgh y el primero de Toros de Tijuana.